99
En mis sueños eras libre de hacer lo que yo quería que hicieras,
y aun asi sorprenderme.

98
Tú y tu par de gafas.
Tú, microscopio.
Y yo célula, tan diminuta,
tan compleja y desordenada.

97
Amame por acertar,
por lo inesperado.
Juzgame en el camino al fallar,
hacia lo evidente.
Y así seré, siempre para ti.

96
Yo me amé en algun lugar,
ahí donde te amaba de a poquito y siempre.

Yo te amé en algún rincón,
ahí donde tu mano en mi mano.
Desdibujada yo.

95
Pensé en las cosas que tenía
y pensé en las cosas que no tenía.
Pensé en las cosas que tenía
y eran, sobre las que no tenía.
Y así también pensé
en las cosas que no tenía y muchas de ellas quería.
Luego de todo eso pensé,
por primera vez pensé:
De las cosas que quería
algunas ni eran necesarias.

94
Hoy ya no soy lo que todos me vieron ser.
No seré más despues de ti, ya no seré.
Muto y amo, y cambio.
Y muero.

Casi.

El mundo está vallado,
el tiempo jodido.
Maldita miseria,
mendigar un beso.
Cancerbero atento,
 masticando huesos.

Me reprocha la noche,
que no tuviste valor.
Que no probaste el sabor,
agrio de equivocarte.

Yo te advertí en una lagrima,
secandola en su trayecto.
Yo permití que muriera antes de tiempo.
Para que no la notaras,
para que no te doliera.

Así fue. Casi.
Casi cuidandome,
casi cuidandote.

Paré de sufrir.

Usted me compra bolsitas de fe,
yo le cedo derechos del manual celestial,
de como puede controlar,
su mente indecente en horas pico.

Por una dosis de fe,
tal vez pierda dignidad,
y un poco de reputación,
y empeñe algún premolar.

En esta boca de sustancias,
solicite alguna muestra.
Tal vez en arameo,
asi nadie sospecha.

creyendo, reventando,
descargando un santo.

Jabón!

Asumiendo, engañando,
cautivando un salmo.

Sermón!

Aguas termales e imaginación,
común happy hour,
diluvio universal.

Yo igual creo en Dios,
pero no en su freeshop.
Ni en decomisos de aduanas
ni fe contrabandeada.
De idioma vulgar
con disfraz de pastor,
de ovejas perdidas y desesperación.

Tal vez volverse un adicto,
para nunca perder la fe.
Tal vez un tester del cielo,
Colgando la vida en un florero.

Sueño de tiempo transcurriendo solo en lo no sueño.

Una mujer de insipida luz, en las manos de Morfeo cuenta que no es,
un disparo, un instante, y despues el sobresalto.
Y despues la realidad.
Sudor intenso en cuerpo frio, botas desacordonadas estilo militar.
Alguna sobredosis de exaltación aún causaba efecto.
Rapidamente incorporando su sistema a este mundo,
de algo parecido a un sueño que ya no lo es todavia.
Confusión y sinsaber, se ponian en pie.
Menos las ganas de ponerse en pie.
Acomodando su campera de cuero y piel, de escudo y metal, de lapiz y papel.
Un sol casi verde colandose por ranuras de paredes macizas, tocables y malditas.
por persianas maderas en simetricos diseños, ventanas cuadradas, muros rectangulares, pensiones de gaviotas idiotas.
Platos redondos, cuchillo que no es sin su tenedor.
Automatizando el sudor de su frente, de calores abundantes,
y pisos hirviendo quemando epidermis de vidas de televisión.
En su cabello negro, retinto, se prendió un cigarro hediendo a tabaco.
El reloj marcaba el compas de los tiempos sin tiempo
donde solo el mas valiente y cobarde habia puesto,
en hora el dia del estreno del misero tiempo.

Aparente

Hasta donde yo podre encontrar,
las facetas que envuelven tu cintura. 
infinitas todas ellas
como sabor frambuesa
 que anidan tus labios.

Se muere mi vida en un bus,
mi inerte cuerpo solo puede llorar.
Se muere mi vida en una esquina,
y el tiempo tirano ha llegado a su fin.

No puedo vivir muriendo,
no siendo, no teniendo.
Y que me importa a mi la muerte!
si mirandote un millon de veces
yo consigo respirar.
Cansada de vivir aparente,
voy a vivir aunque me cueste,
aunque viviendo para ellos
yo esté muriendo.

Ellos

No me hallo, no me puedo hallar.
No me hallo, cabo. No me puedo hallar.
No soy como ellos, no me puedo hallar.
Ellos están ciegos, se hallan. Todos ellos.
Ellos no pueden ver, ellos se pueden hallar.
Y cuando se hallan, pasan. No serán.
Desapercibidos ellos, que no ven.
Ellos que tampoco ven que yo no me hallo.
Ellos, los que van y yo quedo.
Reposo, permanezco, lazarillo.
Mientras yo me quede, ellos pasarán.
Y yo aqui y la pared detrás,
sosteniendo alas oseas de ellos,
que no se atreven a volar.