Todos nos volvemos locos alguna vez.

martes, 4 de junio de 2013

¿Para quien escribo yo entonces?
Para nadie,
para mi misma.
Luego que leo mi propia historia, ésta se vuelva ajena.
A una distancia considerable de lo que puede ser mi mundo,
donde eso que sucede, jamás ya me puede hacer daño.
en un lugar remoto donde las cosas suceden a otros.
Donde uno puede identificar un sentimiento y luego olvidarse.
Mi historia en un papel abandonará el cuarto donde habita secretamente en mi,
ya será parte de quien quiera leerla, o escucharla.
Infinitos serán los paisajes y rostros para entonces, que describan para uno lo que narra.

Escribo y dejo en libertad un espacio y un tiempo que fue,
para que siga siendo, por siempre.

tengo una palabra atravesada en la sien
un sentimiento estancado en la garganta
un par de poemas aguardando en mis manos
y un beso que emprende camino al recuerdo
desmedido y puto
resignado siempre.

Es así.
No es,
no sé,
no sé,
Es.

Puede ser.
¿Será?.
Fue.
Tal vez.

Que viva,
que vivan los novios.
¡Que viva el amor!
¿Qué amor?
dolor,
olor,
color.

matar,
morir ,
y atar.
Morir
e ir,
romper,
y oler,
intoxicarse.

Incarse,
y amar,
sanar,
y dar
mas de la cuenta
hasta morir,
y herir,
volver
a amar,
romper,
crear,
para que viva el amor,
los novios,
el dolor,
olor,
color,
ardor,
pero después de todo
amor.
¿Qué amor?.

De lo que puedes concebir,
llevar
e ir.
Adueñarse.
Y soportarlo
imaginarlo
o desearlo.

Tocarlo
buscarlo
o inventarlo
tal vez
donde no lo hay.

Pero ante todo
amar y odiar

para que el odio sea un poco más amor.
y el amor sea un poco menos odio.


3.14

Me tintinea la idea;
De que yo ya vi,
ya fui,
ya tuve,
ya toqué,
ya experimenté.
Tu tiempo,
el reloj,
las horas.
La pereza de la soledad.
Tu mirada,
emigrando a otro sitio,
soltando tu cuerpo
entre sabanas blancas.
Descoloridas.
Y mi cama de madera
crujiendo ante la inminente suerte de haberte perdido.
Lamenta mis vidas contigo.
La proyección de buscarle un sentido.

¿Serán los quejidos
de aquellos que odian?
Que construyen ideas a base de escoria.
Y chupan los sueños como aspiradoras
Empolvando el camino de aquellos zancudos
persistentes.
Que aún cruzan las calles solos,
y por nada del mundo miran los ojos
de la ingenua felicidad humana.

El obsequio paciente.

Desata tus manos tensas
cierra la puerta, libera.
Anuda tus brazos a mi cintura.
Y por lo que mas quieras
Desafía a la belleza.
Copia mis gestos
y repite mis silencios.
Adecúate a mis besos.
Y trata por sobre todas las cosas,
decidir
en medio del derrumbe
antes que culmine esta guerra.

martes, 19 de marzo de 2013

Crónica de como torturar el amor.





Yo no lo maté.
Estaba bastante golpeado, si. Pero yo no lo maté. 

La primera noche lo alimenté de desgano y desazón.
Le di de beber mas de dos vasos de despecho
y a lo largo de un tiempo empinaba mas de la cuenta.

A los cinco días aniquilé su amor propio y 
lo rodeé de espejos para que viera lo patético que era. 

lo confundí de tal forma que se volvió loco en poco tiempo. 
Evaporé cada duda, barajé cada suposición,  
con el calor de un cigarro irrité sus pupilas y llené de melancolía sus ojos.

Cada mañana lo desperté abruptamente con el sonido del silencio,
le di a desayunar verdades tan crueles que no digería hasta caer la tarde.
Y cuando la tarde caía jugábamos cartas hasta cansarnos.
Le hacía trampas todo el tiempo, de todo tipo y color 
pero aún no se rendía.

A las once de la noche tomábamos café en dosis exageradas para no poder dormirnos
y en la excitación le quité toda esperanza.
Le prendí velas que duraban momentos y encendían su mirada,
lo hacía suponer como loco la desquicia.
Y de madrugada, cuando el cebo endurecía le exprimía una a una cada lagrima.
A las cinco de la mañana le hacia releer cada mancha de su almohada
y en  lo poco que dormía me encargué de incentivarle sus peores pesadillas.

Y mas tarde fui restando 
uno a uno sus motivos 
  y una tarde se rindió  
y a las dos de la mañana
me dejó jugando sola.

Nunca lloré su muerte, y aún hoy a veces lo veo
rogándome vida,
prometiendo.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Dos


He sobrevivido más de mil muertes.
Vi morir un millón de seres. Y resurgir luego de ser cenizas.
He sobrevivido tus partidas, tus llegadas y tu compañía.
Tus malas palabras. Y las mías.
La ironía, la idiotez y el talento que florece del orgullo.
Las buenas noches y los buenos días.
He sobrevivido amarte y ya no hacerlo, que me llenes y vacíes.
Los caprichos de la histeria, los llamados en espera.
Las colas en los bancos, los nervios al darte un regalo.
La explosión de desvestirte y no querer que te vayas.
El estiramiento de mis brazos buscando bajo la cama.
Tus aros olvidados en mi almohada.

Y sobreviví cien mil lagrimas, 
de agua bendita y agua estancada.
Tus suspiros y los nuestros
.
Un paro cardíaco por cada sonrisa dada, 
y la extraña sensación cuando me mirabas.
Yo podría de hecho, declararme inmortal.
Y caer desde un rascacielos con dos hojas de palmera.
Pero aún así y a pesar de todo
sigo sintiendo que muero.