Anoche en la noche recordé
la perfecta esquina donde nos besamos.
El perfecto beso, la forma de tus labios innovando.
Adictas fuimos a las vanguardias,
soñadoras de mundos mejores,
de momentos poéticos, de bandas sonoras,
del amor acudiendo al sobrio llamado.
Anoche en la noche recordé
como ese mundo se echó a correr,
en la esquina perfecta donde nos besamos.
Me dejó varada, encallada,
burlándose de mi todos los días.
Anoche en la noche rasuré mi pena.
Y sentí que crecía tan fuerte después.