Coincidir.

Y se detuvo el tiempo para entonces,
mientras dos manos tormentosas rezaban en el cielo.
Se detuvo el tiempo de verdad, pues yo no llevaba reloj.
Tenía las muñecas libres, y arena en los pies.

Tal vez solo en ese momento me puse a pensar,
que mientras yo pensaba a todos les podia pasar.
Me sentí comun, normal.
No era un privilegio imaginar.

Y asi cada quien, pensando en cada cual,
alimentaba un embrollo de sinapsis mental.
Un caos invisible invadiendo la ciudad,
mis pensamientos se ridicularizaban.

Comprendi que el embotellamento existia.
Dibuje mil choques de pensamientos.
Me hice la idea de desastre natural.

Personas asistiendo a pensamientos,
Colados en algun duelo emocional.
Silencios que no estan en lista VIP.
Recuerdos llevandose centros de mesa.
Amores impuntuales perdiendo situaciones ajenas.
Dolores sin derecho de admision.

Lo peor fue conformarme y aceptar.
O al menos alegrarme y sonreir.
Me invadia una sonrisa telefonica,
que nunca me supieron bien explicar.
Me dio bronca.

Imagine que en alguna interseccion,
de alguna calle, tal vez de alguna cancion.
En algun semaforo esperando a cruzar,
o en la misma emisora que sintonizarias rumbo a trabajar.
Tal vez cruzabas corriendo,
o mirabas una falda que te querias comprar.
Tal vez en aprietos en un colectivo,
o mirandote al espejo y aceptandote.

No importaba donde, ni con quien.
Si llorabas o reias, o soñabas con el.
Y si justo soñabas y aparecia yo,
o me nombrabas sin querer pensando que estaria pensando en vos.

Si magicamente pensabas en mi,
en el momento exacto en que yo pensaba en vos.
Sucedería.
la posibilidad me hizo feliz.
Existía.

Pero conformarme con respirar el mismo aire?
Mirar el mismo cielo? Sentir la misma lluvia?
Escuchar los mismos truenos? Recorrer los mismos lugares?
Compartir la ciudad, el informativo, el 427?
Adelantar una hora en el verano?
No.