Y tu cuerpo meció el viento
y tú, silencio dejaste.
Las visagras mas fuertes de mi vida,
sucumbieron con destellos de colores.
Aromas y brisas humillados presumían
en los hilos de tus ropas.
Y el viejo humo intoxicando tu cabello,
también mi amor,
también mi costumbre.
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