Iba en el bus y llovía.
Y se empañaba la ventana.
Y eso ocurría.
Tu corrías y dibujabas el amor con el dedo índice.
Yo dormía mis ojos en dos palabras invertidas.
Que perduraron en ellos más de cuatro cuadras.
Ocurrío.
La ventanilla está sucia y el cielo despejado |
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