
Trágica, fría y febril.
Mis sabanas anudadas
de recuerdos.
Tu lado de terciopelo
que no me atrevo a sentir.
¡Oh, quién me ha robado!
Suplico lo devuelva.
Pesadilla que despierta,
se apodera de mi.
De mi cuello, de mi lengua,
de una noche de abril.
¡Ráfaga inconsciente!
Derriba mi ventana,
llena de aire este lugar.
¡Oh, dolor dulce y maldito!
Has como si nada hubiese pasado.
Devuelveme
a mi,
al lado de ella.
Ya no puedo hablar,
No puedo rogar,
Ni siquiera llorar.
Ni siquiera morir.
¡Oh, alivio de donde provienes!
si no te he invocado aún.
No soy, no estoy siendo.
No recuerdo, no siento.
No sé como respirar.
Llena mis entrañas,
llena mis ojos,
inunda mis pupilas.
Llenalas, tal vez,
del líquido amniótico,
de la nutrición,
de la nueva vida.
Lléname a mi,
para que yo
simplemente;
del líquido amniótico,
de la nutrición,
de la nueva vida.
Lléname a mi,
para que yo
simplemente;
pueda llorar.
Pueda vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario