Todos nos volvemos locos alguna vez.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Pájaros de carroña.

Vomitar el alma, y escribir.
Y alimentar bocas calladas,
que al final en palabras nunca dirán nada.
Mentes encerradas buscando alas,
convertidas en pájaros de carroña.
Recorrer ellos los mismo lugares,
posándose en alabrados, iguales,
buscando el mismo escenario
donde pegue el sol,
picoteando necios aqui y allá.

Se los puede ver competir entre ellos,
arrebatando de sus bocas el mismo bocado.
¡Y mi senda tan liberada!.

Rebuscados comen
y comen
y engordan,
pero nunca se alimentan.

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